Hace algunas semanas el equipo pedagógico de Myland dio una charla en la Facultad de Ciencias de la Educación a alumnos de Magisterio de Educación Infantil donde les contamos las particularidades de nuestro proyecto, como funcionamos en nuestro día a día y como nos gestionamos.
Myland quiso hacer ver a los futuros maestros que hay otra forma posible de entender la educación. Esta charla dio pie a la visita, por parte de varias alumnas, a nuestro centro. Tras su visita algunas de ellas nos dedican estas palabras
«Cinco futuras maestras de educación infantil, todas con un mismo deseo y hace pocos días tuvimos la grandísima oportunidad de cumplirlo y de vivirlo en primera persona. Llegamos a un lugar de ensueños, llamado MYLAND. Nos impulsamos a contactar con ellos, ya que teníamos un gran interés por conocer la metodología tan novedosa que ofrecen, sus instalaciones y su día a día.
Todas tiritando, sin llegar a saber si era del frío que amanecía en Sevilla o de los nervios que todas teníamos. Nos recibió Cynthia y ella nos invitó a ese hermoso lugar rodeado de verde y frondosos árboles. Con tanta naturaleza que había allí no hacía falta nada más, ni mesas, ni lápices. Era un paraíso infantil, cuerdas en los árboles para trepar, columpios, arenero y lugar para correr y jugar.
Entrar en Myland nos evocó a las escuelas de Finlandia, escuelas que envidiamos y deseamos. Especialmente porque fomenta la autonomía de los niños, nos sorprendió mucho como los niños colocaban sus abrigos, se ponían y se quitaban sus zapatos, recogían y guardaban cada cosa en su lugar, sin necesidad de que el adulto se lo diga. En realidad nuestra jornada allí se resumía en caras de sorpresa. Como por ejemplo la capacidad de resolución de problemas que tenían los niños, usando siempre el dialogo.
Era un paraíso donde se respetaba las necesidades ínsitas del pequeño, donde no se forzaba en ningún momento. Nos llamó la atención, la escucha y el respeto con lo que trataba a cada niño de manera individualizada. Hablar de Myland es hablar de un aprendizaje natural, que surge por la escucha de los intereses y motivaciones que tiene el niño.
Al trabajar a partir de un grupo reducido existe una atención, un cariño y un trato especial a cada niño. Un lugar tranquilo, cálido y que invita a aprender. Su instalación, los colores que predominan los espacios cerrados, la fuerte iluminación que sale de esos grandes ventanales y esas alfombras que invitan a dialogar, descansar o jugar. Son aspectos que nos encantan y nos parece esencial cuidar el diseño y el espacio donde se aprende, ya que este lugar ayuda a que el niño tenga una mayor predisposición a aprender y experimentar. Es más existen una diversidad tan amplia de materiales, gran parte de ellos de María Montessori. Pedagogía que defendemos y apostamos por ella.
Por ultimo destacaríamos la unión y la cercanía tan fuerte que tiene la mama o el papa con el cuidador. Los familiares del pequeño entra en el espacio y el niño entiende la escuela como su segunda casa. Transmitiendo tranquilidad y seguridad tanto a los papas como a los niños.
Sin ninguna duda, Myland es un bonito lugar y lo visitaremos seguro próximamente.»
Queremos agradecer a Mª Nieves Collantes de Terán Riscarco, Marta Castillo Corral, Irene Gil Cabrera, Sandra González Barona y Desrirée García Cabano estas preciosas palabras, pero sobretodo queremos agradecerles su iniciativa y el cariño y respeto que mostraron en todo momento durante su visita. Futuras profesoras con mucha vocación. Esperamos volver a veros pronto por Myland!
centromyland.wordpress.com 